Aunque hoy hemos hecho más de 100 kilómetros en coche, en realidad solo nos hemos desplazado menos de 30 kilómetros.
Por la mañana salimos de aquél sitio bonito y aislado en el borde del lago y media hora más tarde ya llegamos al sitio donde vamos a dormir dos noches y me gusta mucho: un cámping!
La jefa del camping se llama Sandra y es holandesa. Por eso todo aquí es tan bonito e impecable. Hay muchos patios, cocinas y también una piscina. Mi papi se ha bañado varias veces y yo me he escapado porque evidentemente los perritos no pueden nadar en la piscina. Aquí hay bastante gente que viaja en coche, transporte público, motocicleta o incluso en bicicleta. Y también hay unos conocidos nuestros: Franziska y Daniel, los suizos con quienes hicimos el sendero de los lagos coloridos en Georgia.
Pero la mejor compañía llegó por la noche, o más bien hemos ido a buscarlo. Cuando ya se estaba haciendo de noche salimos en coche del camping y tuvimos que ir casi una hora hasta el aeropuerto de Yerevan. Y justo justito cuando nosotros llegamos al aeropuerto, salió mi tito Joan del terminal de llegadas. Yupiiii, otra vez va a pasar dos semanas con nosotros. La vuelta hasta el camping fue un poco más ligero. Mi tito y mi papi no pararon de hablar y yo estaba flipando con las vistas a las gasolineras de Yerevan. Son muchísimas, y algunas parecen Las Vegas con tantas luces y brilli brilli.
Añadir nuevo comentario