Creo que hoy es el día que menos me ha gustado en este viaje hasta ahora. Mi papi sí ha disfrutado mucho pero creo que al final también estaba un poco harto de ir en coche.
Salimos del área de autocaravanas a una hora muy decente. La ruta que cogimos era la más corta para ir al norte, pero fue todo por carreteras de tierra y con muchísimas curvas. Vamos, pensaba que este tipo de carretera solo existe en Albania. El paisaje era muy bonito, eso sí.
El plan era hacer una ruta de senderismo chula en el Parrizal de Beceite pero no pudo ser, porque los perros no pueden entrar y además ya no había entradas disponibles. ¡Qué desilusión!
La parada de mediodía la hicimos en un sitio bien bonito, pero tuvimos que huir por una invasión de moscas. Luego fuimos en coche a un monumento a las víctimas de una batalla de la guerra civil. Es un sitio curioso, solemne e impresionante.
Luego nos costó bastante trabajo encontrar un sitio para pernoctar. Un sitio que vimos, al lado de una iglesia encima de una colina, era muy bonito pero había muchísimo viento. Llegamos tardísimo, casi a las nueve, al sitio donde estamos ahora. Parece un aparcamiento para camiones pero no hay ningún camión. Es bastante tranquilo y creo que vamos a dormir bien. Pero antes de irme a mi canasta tengo que matar a unos miles de moscas que se han quedado en la cámper. Qué coraje!