Ya casi estamos en Venecia, pero para llegar aquí, en Treviso, hemos tenido que recorrer bastantes kilómetros en coche.
Al despertarnos, de una vez no estaba lloviendo y esto se agradeció, porque creo que el sitio donde pasamos la noche es uno de los más bonitos de este viaje.
Cuando comenzó a llover de nuevo, salimos en coche e hicimos una ruta realmente bonita. Mi papi dice que este parte de Italia se parece mucho a Canadá. Pasamos por una pequeña ciudad, Cortina d'Ampezzo, y luego comenzamos la subida de un puerto de montaña, el Passo Giau. Pronto la lluvia se convirtió en nieve y arriba estaba todo blanco. Fue una experiencia muy bonita, pero lo malo era que ahora tampoco podíamos ver mucho del paisaje. La bajada del puerto de Giau tiene muchísimas curvas cerradas y numeradas. Son unas 30.
Hicimos un par de paradas más, en un mirador (Belvedere) y en el pueblo Alleghe. Allí estuvimos también hace un año y medio, pero entonces había mucho más vida. Pero la ubicación del pueblo, en la orilla del lago, sigue siendo muy bonita.
Una parte de la ruta fue realmente espectacular. Es el Passo de San Baldo, una carretera de montaña que parece una escalera para coches. Es curioso como las curvas cerradas se encuentran en los túneles de la carretera. Ahora entendemos por qué las autocaravanas no pueden pasar por esta carretera.
La parada de mediodía la hicimos en la localidad de Conegliano y allí también nos damos un paseo por la ciudad. Es pequeña pero tiene algunas cosas chulas.
Y la última etapa de hoy nos trajo aquí, a la ciudad de Treviso. Aquí hay un área para autocaravanas pero nosotros vamos a dormir en el aparcamiento grande al lado del área, porque en el área oficial solo hay sitio para unas 10 autocaravanas y está todo completo. Pero creo que aquí también vamos a dormir bien.
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