¡Qué bonito es Bulgaria! Al menos la parte que hemos explorado hoy me gusta muchísimo.
Pasamos una noche muy tranquila en la naturaleza cerca de Rila. En coche fuimos a la ciudad de Bansko. Se ve que esta parte del país es bastante más próspera que lo que hemos visto hasta ahora. En Bansko fuimos al centro de información del Parque Nacional del Pirín, donde mi papi preguntó qué se puede ver y hacer en el parque. Conseguió un mapa del parque y en coche subimos hasta el corazón del parque, un viaje de media hora. Aparcó en lo que se llama cámping, pero es más bien una zona de acampada controlada, porque no hay instalaciones de ningún tipo y tampoco hay que pagar. También se llama zona de acampada, de Banderitsa.
Después de la comida y un rato de descanso comenzamos a hacer un sendero. Primero subimos una larguísima escalera de madera, luego caminamos un rato por la carretera y un sendero, hasta llegar al Vihren Chalet (un tipo de albergue). Allí se acaba la carretera y el mundo civilizado, pero nosotros seguimos por un sendero señalizado, hacia unos lagos en la montaña. El primer lago, Okoto, es muy pequeño pero bien bonito. Todo el camino era cuesta arriba y llegamos tan alto que incluso había una buena capa de nieve. Seguimos la subida hasta llegar al lago Banderishko. Encima del agua había todavía mucho hielo pero nosotros no pasamos frío porque hacía muy buen tiempo. Ya era las siete de la tarde cuando comenzamos nuestro regreso, pero bajamos mucho más rápido que habíamos subido.
Vamos a dormir en la misma zona de acampada. Aquí también hay un pequeño parque infantil con un tobogán. Esto no me interesa pero he visto que allí alguien ha dejado unos buenos trozos de queso feta. Por supuesto mi papi no me dejaba comerlo pero esta noche, cuando salga para "mear", voy a intentar robarlo, jijiji.