Día 108
Hoy estamos en el mismo camping en Shatili, pero esto no quiero decir que no hemos hecho nada - todo lo contrario!
Por la mañana salimos en coche hacia el norte. A solo unos kilómetros de Shatili hay un sitio bastante macabro llamado Anatori. Es un tipo de necrópolis, pero no son tumbas con lápidas sino pequeñas casitas de piedra. No tienen puertas pero cada casa tiene una pequeña ventana. Cuando miras por la ventana hacia dentro se puede ver las calaveras y los huesos de personas que murieron allí. Por lo visto la gente que sufrían la peste se retiraron a estas casitas para morirse, y allí se han quedado durante cientos de años. Como sabéis, a mí me encantan los huesos, pero no los de humanos, y las calaveras que nos estaban mirando desde las ventanas me dieron un poco de miedo.
Después de esta visita seguimos nuestra ruta en coche. Unos kilómetros más adelante dos militares nos pararon y preguntaron a dónde queríamos ir. Como los nombres en este país son tan complicados, mi papi no se lo acordaba. Cuando uno de los militares sugirió “Mutso”, mi papi dijo “sí, vamos a Mutso”.
Después de unos diez kilómetros llegamos a un punto muy emocionante en la ruta - tuvimos que cruzar un río, vadeando con el coche. El agua llegó hasta la puerta del coche pero todo fue bien. Mira que chulo el vídeo que he grabado mientras mi papi estaba maniobrando por el agua. La carretera (si es si se puede llamarlo así) terminó en un pueblo de tres casas llamado Khonischala. Allí dejamos el coche y comenzamos un pequeño paseo por el río. Después de un cuarto de hora el camino desapareció y nos damos la vuelta. Casi de vuelta en el pueblo vimos los dos mismos militares, ahora apuntando a nosotros con sus ametralladoras. Ya en un tono menos amigable nos preguntaron qué hacíamos allí y a dónde íbamos a ir. Dijo que era una zona fronteriza y aquí no podíamos estar. Mi papi se inventó una excusa: dijo que pensaba que estábamos en Mutso, pero como no sabe leer las letras gregorianas en el mapa no estaba seguro. En fin, el soldado ayudó a traducir los nombres en el mapa y luego nos acompañó hasta nuestro coche, porque tuvimos que salir de aquella zona.
Fuimos a buscar otro pueblo: Ardoti. Pero este pueblo es tan pequeño que ni siquiera lo encontramos. Solo vimos un pequeño cementerio. Para evitar más problemas con los militares nos dimos la vuelta y paramos en el pueblo Mutso. Tampoco es mucho pueblo, solo hay dos o tres casas, pero en lo alto de la montaña está el pueblo antiguo, ahora abandonado y algo ruinoso. La subida fue un paseo bastante intenso porque está casi doscientos metros más alto. En el camino también había unas de estas casas con calaveras y huesos, burrrr. El pueblo, a pesar de estar abandonado, se ve bastante chulo y es más grande que lo que parece desde abajo. Hay muchos callejones y escaleras e incluso se puede entrar en las casas.
Cuando bajamos cogimos el coche y volvimos al mismo sitio al lado del río, cerca del pueblo Shatili. Aquí todavía están nuestros vecinos alemanes y los suizos y también ha llegado un camión cámper de otra pareja alemana. Pasamos un buen rato con todos ellos. Por la noche hicieron un fuego entre los vehículos para seguir charlando. Pero yo no entiendo nada de alemán y además ya hace un poco de frío, entonces me quedo en la cámper.
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