Hemos pasado un día fantástico, paseando por bonitos paisajes, con buen tiempo y en buena compañía.
El sitio donde habíamos dormido era curioso, pero muy agradable. Un momento pensaba que estaríamos muy jodidos si el nivel del arroyo hubiese subido mucho, pero esto no ocurrió. Nuestros amigos suizos (Franziska y Daniel) con la cámper amarilla pudieron salir del sitio sin nuestra ayuda y nos fuimos en nuestros vehículos a un aparcamiento donde comienza un sendero. El tema del sendero son los tres Lagos de Abudelauri: el Blanco, el Azul y el Verde. Primero fuimos a buscar el Lago Blanco, que es el que más lejos está. El paseo era súper bonito y no muy complicado, aunque tuvimos que subir unos cientos de metros de altitud. Después de una hora y media llegamos al lago. Guau, qué bonito es. Me había imaginado que el nombre sería algo simbólico, pero sorpresa sorpresa, el agua está blanca de verdad (y un poco turbia).
Después de un pequeño descanso y hacer un montón de fotos y selfies, seguimos hacia el segundo lago: el azul. Se notaba la altura en que estábamos, porque en alguna parte de la ruta todavía había nieve. Me encanta correr por la nieve y me da igual que se me enfríen mis patitas.
El agua del Lago Azul no está nada turbia sino perfectamente clara, pero curiosamente se lo ve muy azul.
El Lago Verde está bastante cerca del Azul, y estábamos todos de acuerdo que es el menos bonito de los tres. Para volver al aparcamiento solo tuvimos que seguir el camino, pero al final parecía que no llegaría al aparcamiento y tuvimos que andar por el campo. Allí comenzó la aventura, porque fuimos por vegetación alta y cruzamos unos cuantos arroyos. Para mi papi y nuestros amigos no había ningún problema, salvo que se mojaron las botas, pero como yo soy más pequeño, a veces no había manera de caminar por la vegetación. Menos mal que mi papi, Franziska y Daniel me cogieron en brazos cuando hacía falta.
Cuando llegamos a los vehículos nos despedimos de nuestros amigos y bajamos otra vez al sitio donde habíamos dormido, pero ahora solo para comer y descansar un poco. Después de la pausa cogimos el coche e hicimos bastantes kilómetros. Encontramos un lugar para pernoctar cerca de una pequeña ciudad Tianeti, y otra vez estamos en el cauce de un río. Había unas personas bañándose en el río y pescando, pero después de la puesta del sol todos se fueron y nos quedamos solos. Por cierto, parece que aquí se está haciendo algún tipo de obra, porque hay montones de grava y piedras por todas partes y también hay una excavadora. Pero bueno... mañana es domingo, entonces no vendrán a trabajar y podremos quedarnos tranquilamente.
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