Qué calor puede hacer también en Armenia. Pero estoy muy bien, eh!
El sitio donde habíamos pernoctado estaba a menos de un kilómetro del monasterio de Noravank, pero como por la mañana ya estaba haciendo mucho calor subimos en coche en vez de andando. Esta vez no tenía que esperar en coche, pero tampoco podía entrar en el monasterio, ni siquiera en el recinto con las iglesias, porque una monja en la entrada nos indicó que yo no era bienvenido. Entonces mi papi me amarró a un árbol al lado de la entrada y mientras él visitaba el monasterio, yo decidí dar un poco por culo. Desde el minuto uno me puso a ladrar con toda mi fuerza, allí al lado de la monja en la entrada. A ver si aprenda que es mejor admitir un perrito inocente que tener a un perro ladrando en la entrada, jijiji. Creo que a mi papi tampoco le gustaba mucho que estaba haciendo mucho ruido, porque terminó su visita bastante rápido. Entonces yo no llegué a ver el monasterio pero mi papi dice que, a pesar de que es parecido a todos los otros monasterios que ya habíamos visto, también es diferente porque aquí la iglesia principal tiene dos plantas. ¡Qué curioso! Ah, y el paisaje alrededor del monasterio es muy bonito.
Después de la visita relámpago seguimos en coche, ya en dirección Yerevan. A veces la carretera roza la frontera con Azerbaiyán, e incluso pasa por un enclave de Azerbaiyán dentro de Armenia. Pero no había ningún tipo de puesto fronterizo, ni señales ni nada. Lo único que se nota es que estos par de kilómetros de carretera son más chungos.
Más tarde también estábamos muy cerca de la frontera con Turquía. Vimos el Monte Ararat, que antes pertenecía a Armenia pero ahora está en Turquía. Es el mismo monte que ya vimos (y subimos) hace un poco más de un mes, pero ahora el Pequeño Ararat estaba a la izquierda y el Grande a la derecha, y visto desde Turquía era justo al revés.
Para comer, descansar y quizás pernoctar nos fuimos a un sitio con una piscina natural cerca del Cañón del Ángel. Es un sitio bonito y agradable, en medio del desierto, pero muy tranquilo no estaba porque había muchos hombres armenios haciendo pic-nic. Enseguida mi papi tuvo que tomar Vodka con ellos, y yo aproveché para probar la salchita que me dieron.
También había una pareja alemana que viaja en furgoneta cámper. Ya habíamos coincidido unos cinco veces con ellos en diferentes lugares de pernocta, pero mi papi nunca había llegado a hablar con ellos. Supongo que suponían que un tío que viaja en un coche español no habla alemán. Son bastante majos.
Había muy buen rollo en el sitio, pero para descansar un poco demasiado buen rollo y sobre las seis salimos en coche. Primero vimos el cañón (que es muy pequeño) y después de una hora llegamos al sitio donde vamos a dormir, en la orilla de un embalse. Para llegar aquí tuvimos que ir unos dos kilómetros por un camino malísimo, pero esto tiene su ventaja - aquí estamos a solas. En realidad no está en la orilla del lago porque el agua queda más de treinta metros más abajo. En la otra orilla sí- hay playitas, pero también más de treinta coches y muchísima gente pescando, haciendo barbacoas y haciendo mucho ruido. Aquí cuando ya casi era de noche solo vino un coche con una pareja armenia. Los dos hablaban muy bien inglés y conversaron un rato con mi papi (y vieron la cámper por dentro). Evidentemente habían llegado al lugar para hacer el amor y después de terminar su cosa se marcharon. Pero en la orilla de enfrente la fiesta siguió. Bueno... la música es bonita y a lo mejor nos ayuda a dormir.