Día 148

Audio file

Hasta hace unos días llevábamos la cuenta de cuántos países habíamos visitado, pero los países comienzan a repetirse en nuestro viaje. ¿Qué significa eso? Significa que he dejado de contar cuántos países hemos visitado. Es que hoy hemos pasado de Georgia a Turquía.

Papi Edu y yo pasamos nuestra última noche en Georgia, ¡y menudo calor hacía! Dormimos en la playa, rodeados de arena calentita y olas que intentaban convencerme de nadar. Pero ya sabéis, soy más del tipo "perro de salón", ¡el agua no es lo mío! Aunque no puedo evitar ser un experto nadador. ¿Una contradicción canina, verdad?
En el coche nos dirigimos hacia Batumi, y no fue un paseo tranquilo. Ese viaje de 30 kilómetros se convirtió en una odisea de una hora, debido al tráfico. Decidí que era el momento perfecto para cantar mi propia versión de "Despacito". Sí, amigos, Despachulito se convirtió en un éxito instantáneo en el coche. Papi Edu no sabía si reír o llorar mientras yo aullaba mis propias letras.
Aparcamos en una zona moderna que parecía sacada de un parque de diversiones. ¡Menudo ambiente! Allí vimos una estatua muy famosa y curiosa, de Ali y Nino. Son dos muñecos metálicos que se dan vueltas. A veces los dos se encuentran y parece que se fusionan. ¿Sabéis qué representa? Pues, la amistad entre Turquía y Georgia, ¡nada menos! ¡Un gesto adorable!
Luego papi Edu decidió hacer una parada estratégica en McDonald's. Para sorpresa nuestra, después de pagar, papi Edu tenía más dinero georgiano que antes. ¡Debe de ser magia de hamburguesa!
Seguimos en coche e hicimos una parada en una gasolinera para repostar, antes de enfrentarnos a la temible frontera con Turquía. Ah, la frontera, ese lugar donde todos los coches esperan como si estuvieran en una fila para entrar al "parque de atracciones de la burocracia". Aunque, cuando finalmente llegamos a la primera taquilla, el proceso de cruzar de Georgia a Turquía fue tan rápido como un perro cazando su cola, ¡todo gracias a mi encanto canino! Gané los corazones de todos los oficiales de la frontera. ¡Ladridos y lametazos para mí!
Recorrimos unos cien kilómetros por Turquía, siguiendo la costa del Mar Negro. No es demasiado emocionante pero en realidad no hay muchas alternativas. Terminamos en un pequeño puerto en el pueblo de Araklı. Aquí vamos a pasar la noche. No puedo decir que sea el colmo de la belleza, pero lo importante es que vamos a dormir bien. ¡Y eso, para un perrito como yo, es un auténtico lujo!

Joan

Que chuly

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
1 + 4 =
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.