Hoy ha sido otro capítulo en la crónica de aventuras de mi papi y mi Tito - un día lleno de cultura e historia para ellos, pero para mí, bueno, ha sido un día de relax extremo y aburrimiento deluxe.
La segunda noche en el aparcamiento municipal de Karatay resultó ser casi como una siesta en comparación con la primera. Salimos en coche y volvimos a Konya, donde mi papi y mi Tito entraron en el museo "Konya Panorama". Yo, por otro lado, decidí que era el momento perfecto para una siesta en la cámper porque, sinceramente, las panorámicas no son mi fuerte.
Después, en lugar de seguir hacia el oeste como seres normales, decidimos hacer un giro dramático hacia el este para visitar Çatalhöyük, un sitio arqueológico más antiguo que el primer chiste de la historia. Mientras mi títo y mi papi exploraban las ruinas, yo me quedé en la cámper, llevando a cabo investigaciones intensivas sobre el interior de mis párpados.
Después de este emocionante episodio arqueológico, emprendimos un viaje en coche que parecía nunca terminar y acabamos en medio del campo, cerca del pueblo Erenkaya, donde espero que al menos las estrellas nos entretengan, porque, sinceramente, ¡ya hemos tenido suficiente cultura y ruinas por hoy!
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