Habíamos pasado una noche bajo las estrellas en la cámper, en medio de la naturaleza. Bueno, en realidad, más que estrellas, lo que vi fueron insectos luminiscentes que intentaban invadir mi casa rodante.
Luego un viajecito en coche de solo una hora hacia un lugar llamado Meteora. ¿Meteora? ¡Sí, es como el Disneylandia de los monasterios! Imaginaos unas piedrotas gigantes en las que construyeron iglesias en las nubes, ¡y eso que soy bajito!
Nuestra primera parada fue el Monasterio de la Santísima Trinidad. Pero atención, aquí viene lo chispeante - yo no pude entrar en el monasterio. ¿Por qué? ¡Porque soy un can no confiable! Así que, me quedé en la cámper mientras mis humanos hacían turismo religioso. Dicen que el monasterio es como nuevo, ¡seguro le dieron un "lavado de cara celestial"!
Luego subimos en coche hasta el monasterio más alto, Megálou Meteóru. Y, claro, la misma película: yo en la cámper mientras los humanos exploraban. ¡Vaya día para mi vida perruna! Pero parece que había tantos escalones que perdieron la cuenta, más o menos como mis huesos cuando juego a esconderlos. Y el monasterio... bueno, era un "edificio divino" lleno de decoraciones, frescos y lámparas. ¡Hasta tenían un "museo perrito religioso"! Aunque sé que en realidad era de arte ortodoxo, pero ¿a quién le importa?
Después de tanta espiritualidad decidimos aparcar al lado del Monasterio de Barlaam y montamos un picnic en la cámper. ¡Nada de más monasterios por hoy! Aunque yo estaba listo para "rezar" por un trozo de queso.
Bajamos en coche a Kalampaka, donde hicimos algo emocionante: ¡compras en el Lidl! ¡Fue como encontrar un hueso enterrado en el jardín después de años! Mis humanos estaban más felices que un perro en un parque de bolas.
Después de la compra seguimos en coche para encontrar un sitio para pasar la noche en la naturaleza. Tomamos un camino que parecía más un "rally perruno" que otra cosa. Casi nos quedamos atascados, pero al final llegamos a un sitio con vistas de Meteora que quitan el aliento! Es tan tranquilo que podríamos escuchar hasta el susurro de las hojas, ¡perfecto para descansar, a pesar de la tormenta que se aproxima!
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