Ano Kerasia - Nies Beach

Tras la paliza en coche de ayer, ¡nos merecíamos un día de relax! Y, menos mal, hoy lo hemos tenido.

La verdad es que cuando anoche llegamos a nuestro punto de pernocta, todo estaba a oscuras. Pero hoy, al despertarnos, nos encontramos con una vista que hacía que mi cola se moviese como una hélice. ¡Literalmente tenía una cola de helicóptero! Estos paisajes siempre me sacan una sonrisa (aunque parezca más bien un gruñido).

Arrancamos tranquilamente y salimos en coche. Cuando bajamos de la montaña contemplamos lo que parecía un lago pero en realidad eran campos de cultivo inundados. Pensé que habíamos llegado a la mítica Atlántida perruna. ¿Os acordáis de aquellas lluvias extremas llamadas "Daniel"? ¡Qué catástrofe hiciste, Daniel!
Después de una travesía corta (poco más de una hora, pero para mí fue como una maratón canina (¡en serio, deberían contar el tiempo en huesos comestibles!), llegamos a la costa. Nies Beach es un lugar playero, pero parece que Daniel se llevó la playa y todo el rollo playero. Aquí estamos casi a solas .
Aparcamos en la orilla del mar, cerca de unos pequeños pesqueros en embarcaderos que parecían sacados de una película de piratas. Me dio ganas de ser un perro marinero, pero antes, ¡era hora de llenar el estómago!

Papi Edu, este amante del agua (a diferencia de mí, que hago el estilo de natación "mientras menos me moje, mejor"), decidió zambullirse en el mar. Y, como es su costumbre, me lanzó al agua también. ¡Fue como una experiencia de spa forzada! Pero bueno, supongo que lo hace con amor, aunque preferiría estar en la orilla tomando el sol (y quizás disfrutando de un masaje canino).

Por la tarde nos dimos un paseo por la zona y decidimos mudarnos a una pequeña península que prometía mejor cobertura de datos móviles. ¡Sí, a veces también tengo que pensar en mantenerme conectado! Aquí hay unos 3 o 4 perros callejeros. Son grandes, pero afortunada-mente, más amigables que un cachorro con un hueso gigante. Intercambiamos algunas historias caninas y pasamos una tarde tan divertida que me temo que los otros perros estarán buscando su propio reality show.

Y ahora estamos listos para pasar una noche tranquila en este lugar. Espero que el mar no nos corte la salida de esta península.