Hoy no hemos hecho mucho más que desplazarnos en coche, pero estoy contento.
Imaginad esto: una noche de sueño en el cráter del volcán, y lo primero que veo al despertar es un paisaje de infarto.
La ubicación para pasar la noche era un festín para los ojos... ¡y el estómago!
Hemos tenido otro día de aventuras, explorando lugares sorprendentes y compartiendo momentos con gente amable.
Después de una noche en un parque lleno de barbacoas (cosa que me dejó con hambre, ¡por cierto!), nos subimos al coche y nos dirigimos al sureste.
Nuestro día comenzó al pie del majestuoso castillo de Kale, donde habíamos pasado la noche en la cámper. Por la mañana decidimos hacer una subida a lo "modo canino" hacia el castillo.
Habíamos pasado la noche en un sitio espectacular, una plataforma de madera con vistas al monasterio de Sumela.
El lugar donde hicimos nuestra base resultó ser la envidia de cualquier chuchito. Primero, estábamos en la playa, en la costa del Mar Negro. ¡Sí, amigos!
Hoy ha sido un día largo, pero bastante divertido.
Ufff, qué día. Casi todo el día hemos ido en coche, unos 200 kilómetros. Pero estoy contento porque ha vuelto mi tito Joan. Os cuento.
Hoy estamos en un camping, y aquí estoy muy a gusto.
Hoy no hemos hecho muchas cosas salvo ir en coche.