Once años bien puestos

Cumplo once en la provincia de Zaragoza, con un día intenso y una tarde de tradición perruna

1 vídeos
🎂🎉 Hoy cumplo 11 años 🐶🐾
⦁ ⦁ ⦁
Geluidsbestand
157

Hoy cumplo once años y lo escribo con calma, porque los cumpleaños ya no se viven corriendo sino saboreándolos. Estamos en España, en la provincia de Zaragoza, dentro de la camper y con papi Edu, que es exactamente donde quiero estar cuando el calendario decide hacer algo importante.

La mañana ha sido intensa y muy entretenida. Hemos visitado Belchite, un sitio lleno de ruinas, silencios raros y olores con historia, de esos que te obligan a parar el hocico más de la cuenta porque cada piedra parece haber vivido más cosas que yo. Caminamos bastante, miramos, volvemos a caminar y vemos algunas otras cosas por el camino, así que cuando el sol empieza a bajar yo ya llevo el contador de pasos bien servido y la cabeza llena.

Por la tarde llega lo serio de verdad. El ritual. El pastel perruno. Año tras año, pase lo que pase, esto no se negocia. La camper se vuelve tranquila, como si supiera que ahora toca celebrar sin ruido, y el mundo de fuera se queda un poco en pausa.

El pastel aparece con dos velas. Dos números uno, muy rectos y muy dignos, que juntos forman el once. El fuego sigue imponiendo respeto, no voy a mentir, porque una cosa es cumplir años y otra volverse imprudente, pero el olor del pastel me recuerda rápidamente por qué estoy aquí. Me acerco despacio, calculando bien las distancias, y doy el primer bocado con las velas todavía encendidas, que a estas alturas ya es una tradición dentro de la tradición y una demostración clara de experiencia perruna.

Las velas se apagan sin drama ni heroicidades, como deben apagarse las cosas importantes cuando han cumplido su función. Tradición cumplida, otra vez.

Después llega el regalo, que siempre aparece en el momento justo, ni antes ni después. Un juguete nuevo, flamante y prometedor, que huelo, muerdo y apruebo con rapidez profesional. Me tumbo con él entre las patas delanteras y pienso que no hace falta correr más hoy, que el día ya ha dado todo lo que tenía que dar.

Once años se sienten bien. No pesan, colocan. Ha sido un día largo y completo, con ruinas por la mañana y celebración por la tarde, con mucho mundo fuera y hogar dentro. La camper vuelve a ser refugio, papi Edu me mira con esa cara suya de satisfacción silenciosa y yo le devuelvo la mirada sabiendo algo muy claro.

Si cumplir años es esto, que nadie intente cambiarlo.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.