Day 179:

 

Berga – Bonastre

Después de más de un mes parados, por fin volvemos a rodar

1 vídeos
🐶 Aventura 4x4 en el Macizo de Bonastre 🚙🌄
⦁ ⦁ ⦁
Geluidsbestand
243

Más de un mes fue lo que llevábamos quietos en Berga. Más de un mes viendo los mismos árboles, las mismas esquinas y los mismos paseos, que no estaban mal, pero que no crujían por dentro como crujen los caminos cuando empiezan de verdad. El motivo era serio y metálico: el coche. Entró al taller, salió, volvió a entrar. Dos visitas al Sahara 4x4 de Santpedor. Una con la célula puesta, que eso ya era como ir al médico con mochila y abrigo, y otra sin la célula, cuando el coche se quedó en ropa interior y los humanos miraron muy atentos. Yo también miré, porque siempre puede pasar algo interesante. Al final llegaron las buenas noticias. El coche por fin estaba en condiciones. Palabras mágicas. Palabras que significaban movimiento.

Justo cuando todo encajó en el mundo mecánico llegó el sábado seis de diciembre. Fiesta en España. El Día de la Constitución. Ese día en el que los humanos celebran un papel muy importante saliendo de casa si pueden y comiendo como si no hubiera lunes. Además la pelu de tito Joan no abría, detalle clave para entenderlo todo. Tres días libres por delante. Chuly, papi Edu y tito Joan. La alineación clásica.

La mañana empezó lenta y feliz. Desayunamos con una calma que solo existe cuando no hay reloj mandando. Demasiado tranquilo decían ellos. Yo no decía nada. Observaba. Pan, café, más cosas humanas. Alguna migaja cayó y la Constitución se reforzó un poco más. Luego llegó el momento de las maletas, que en realidad fue un despliegue logístico digno de una expedición polar. Apareció mi baúl. Mis mantas. Mis cosas. Y comida. Mucha comida. Para mí y para un ejército entero por si acaso.

Entre idas y venidas, revisiones finales y el inevitable “¿lo hemos cogido todo?”, conseguimos salir. A la una del mediodía. Perfecto. Ni pronto ni tarde. En ese punto exacto en el que uno ya ha tenido tiempo de dudar si realmente hacía falta salir.

Hicimos una parada breve en Puig-reig para llenar el depósito de agua de la cámper. Yo bajé, estiré las patas, olí un poco el mundo y confirmé que todo seguía en su sitio. Luego continuamos sin más paradas hacia la costa. El aire fue cambiando poco a poco. Yo lo noté antes que ellos. Siempre. Los humanos, mientras tanto, se liaron un poco con los peajes, que es otra tradición viajera. Algún comentario, alguna risa, cuentas rápidas. Conclusión final: no salió demasiado caro.

A las cuatro de la tarde llegamos a un sitio muy bonito cerca de Bonastre, en la provincia de Tarragona. El acceso es por un camino de piedras serio y sin adornos, donde el cuatro por cuatro no es un capricho sino una buena idea. Desde aquí arriba el paisaje se abre y todo se ve distinto, más amplio, más tranquilo, como si el ruido se hubiera quedado abajo.

Comemos ahora en la cámper, con esa sensación clara de haber acertado. Después de la comida papi Edu prueba su nuevo dron. A mí me parece un bicho extraño que no huele a nada conocido, pero vuela con estilo. Desde arriba, dicen, el sitio se ve aún más bonito. Aquí pondremos alguna foto y un pequeño vídeo para que lo veáis, porque hay lugares que se entienden mejor cuando se miran desde el aire.

Nos quedamos en el mismo sitio. No hay ninguna razón para moverse cuando el lugar ya te ha ganado a la primera. La tarde cae despacio. Yo descanso. Doy un paseo corto, marco un par de ideas importantes por los alrededores y vuelvo a mi sitio.

Ahora la cámper es un cine. Edu y Joan ven películas en la pantalla grande mientras yo me acurruco y dejo el mundo en pausa. El coche está bien. El sitio es bueno. Estamos otra vez en marcha. Y eso, aunque no salga en ningún calendario, también debería ser fiesta.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.