¿Hoy iba a ser una jornada más leve? De esto nada. Qué paseo más largo hemos hecho. Estoy seguro de que nunca en mi vida he caminado tanto en un día. Más de 40 kilómetros dice papi. Os cuento cómo ha ido.
En el hostal dormimos como dos troncos. Entonces bien descansados comenzamos el camino. Salimos a las 9, papi desayunó en un bar en el siguiente pueblo que parece el mismo pueblo (Estación de San Roque), y como siempre no había comida para mí. Pero bueno ya estoy acostumbrado. Hasta cerca de Castellar Viejo no era realmente senderismo sino carril bicismo y carreterismo. Pero andamos muy ligero hasta subir la colina dónde se encuentra el castillo. La subida era algo dura, sobre todo para papi con su pesada mochila. El castillo en realidad es un pequeño pueblo con callecitas muy bonitas y dentro de una muralla
Edu habló un rato en alemán con dos señoras en la calle (una tenía una tienda de porquería turística), mientras yo me comí un poco de las plantas porque ni siquiera había desayunado. Creo que la conversación fue sobre alojamiento y comida en el pueblo. Las dos cosas eran imposible por mi culpa: ni en el restaurante ni en el hotel se admiten perros. Entonces dijo papi "a tomar por culo Castellar, vamos buscando otra cosa" y después de llenar las botellas y nuestras tropas con agua seguimos andando. La ruta desde Castellar hacia Jimena (Griselda) de la frontera era súper bonita y muy variada. A las 4 y pico por fin nos sentamos un rato en un sitio con muchas piezas para ferrocarriles. Yo había comido ya peronpapi todavía no. Entonces mientras él preparaba su comida me eché una siesta. Estaba muy agusto allí pero no tuve mucho tiempo para disfrutarlo porque después de una horita volvimos a caminar. Ahora casi al lado del ferrocarril, pero era muy bonita también. Nos encontramos con un grupo de ovejas (no abejas) y su pastor era un perro muy muy grande; no me daba miedo porque era muy guapo y simpático.
Caminamos toda la tarde y ya era de noche cuando por fin entramos en el pueblo. Luego nos costó más de media hora llegar al hotel donde papi había pensado dormir porque las calles eran todas cuesta arriba. Luego el hotel estaba cerrada :-(
Pai comenzó a hacer unas llamadas, al final preguntó en un bar y el camarero le dio la tarjeta de un hotel un poco más abajo. En este hotel no admiten perros pero papi convenzó a la mujer porque estaba yo tan cansado que no iba a ser mucho perro (creo que dijo que tenía que dormir en la terraza pero por supuesto me subí en la comodísima cama). Comí mi cena mientras papi se metió en la bañera (también estaba bastante cansado) y desde entonces no me he enterado de nada.