Bueno al final no hemos podido dormir mucho o por lo menos no mucho tiempo porque a las 7 de la mañana el móvil comenzó a decir pimping otra vez. Papi salió corriendo de la tienda para buscar el cacharrito y llevó media hora buscando debajo de cada piedra y entre los juncos, pero nada. Mientras tanto recogió la tienda y puso todo en la mochila. Al salir de ese sitio tan bonito entramos en un par de granjas para ver si había alguien con un teléfono para localizar mejor el móvil pero parecía que todos los las casas estaban abandonadas. entonces seguimos caminando hacia Antequera pero era un poco complicado porque papi sin móvil tampoco tenía GPS. Gracias a mi maravilloso sentido de orientación encontramos una carretera que nos llevó a Antequera, y sin querer hemos hecho un trozo del camino de Santiago.
Después de instalarnos en el hotel salimos a la calle para comprar un móvil nuevo en Robafone.
Por la tarde tuve una sorpresa muy grande porque de un taxi que paró delante del hotel salió papi Carlos. Yupi. Había venido otra vez para verme. De tanta emoción y tantos besitos me tiré de los brazos de papi al suelo y me di de boca en el parqué. Sangré un poquito.
Un poco más tarde mis papis salieron y yo no pude ir. Volvieron unas 2 horas más tarde y me contaron que habían ido en taxi a cerca de donde perdimos el móvil. Allí con otro móvil pudieron localizar el móvil perdido. Mira en la foto qué feliz está papi Edu con su móvil. Menos mal que lo encontró porque ¿cómo iba a escribir en mi blog sin móvil?
Por la noche paseamos un poco por el bonito centro de Antequera y mis papis comieron en una terraza. Pero yo con la boca todavía molesta no tenía ganas de nada y me acosté pronto.