¡Qué noche tan espectacular tuvimos en ese lugar de ensueño, donde la paz reinaba y nadie nos molestaba! Por la mañana, nos dirigimos hacia otro aparcamiento cerca del centro de Cahors. ¡Pero vaya sorpresa nos llevamos al descubrir que todo estaba cerrado por el Día de la Asunción del Señor! ¡Cahors parecía una ciudad dormida! Ni siquiera pudimos visitar la catedral. Después de un breve paseo por el casco antiguo, ¡nos escapamos rápidamente de vuelta al coche! Por suerte, el supermercado Lidl estaba abierto y pudimos hacer algunas compras antes de poner rumbo a St. Cirq-lapopie.
¡Y qué decir de St. Cirq-lapopie! ¡Parecía un hormiguero humano! ¡El pueblo, literalmente pegado a la roca, nos dejó sin aliento con su encanto medieval! ¡Pero madre mía, cuánta gente! ¡Parecía un parque temático en pleno apogeo! ¡Hasta en las heladerías había filas interminables! Después de explorar un poco, ¡nos cansamos pronto de tanta multitud y regresamos al coche!
Con el estómago rugiendo, decidimos hacer una parada en un lugar encantador, junto al río Lot y un campo de habas. ¡Qué maravilla de sitio! Sol, sombra y total privacidad. Tras una deliciosa comida y una siestecita, ¡era hora de seguir adelante hacia nuestro próximo destino!
Un corto trayecto en coche nos llevó a este hermoso rincón en el pueblo de Saint-Pierre-toirac. Aunque hay otras dos camperas aquí, ¡el lugar es igualmente encantador, tranquilo y oscuro como el abismo! ¡La aventura continúa!
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