Hoy el día empezó como a mí me gusta: con calma, buena compañía y un paisaje para quitar el hipo. Donde habíamos acampado era tan bonito que parecía de cuento, con colinas verdes y un aire fresquito que te despejaba hasta los bigotes. Y por si fuera poco, unos caballos simpáticos se pasearon por nuestra parcela, como si quisieran unirse al desayuno. Yo los observé con respeto (y un poco de desconfianza, que esos bichos son demasiado grandes para mi gusto), pero mi Tito Joan y mi papi Edu parecían encantados con la visita.
Tras despedirnos de los caballos, arrancamos la cámper rumbo a Sarmizegetusa Regia, un lugar que mi papi describió como un "Stonehenge de madera". Es una antigua ciudadela dacia, un lugar histórico lleno de restos arqueológicos y estructuras circulares que parecen diseñadas para observar las estrellas… o quizás para rituales mágicos, quién sabe. Pero cuando llegamos, nos encontramos con que estaba cerrado. Además, había señales de prohibición y el camino era largo, así que decidimos que no valía la pena complicarnos. Ya habrá otra ocasión para explorarlo.
El resto del día fue más tranquilo, con muchos kilómetros por carretera. Solo paramos en Sebeș, donde hicimos una parada técnica en el Lidl. ¡No hay nada como reabastecerse para la próxima etapa de la aventura! Aunque yo me quedé fuera vigilando la cámper (y esperando que me trajeran algún premio, claro).
Finalmente, el día terminó de la mejor manera: en un sitio que es un auténtico paraíso. Llegar no fue fácil; la carretera estaba tan chunga que sin el 4x4 habría sido misión imposible. Pero valió la pena, porque este lugar es impresionante. Amplias vistas, un silencio que se siente como un abrazo, y la sensación de estar completamente alejados del mundo. Aquí nos quedamos temprano, disfrutando del entorno, de la tranquilidad y de la suerte de encontrar estos rincones mágicos.
No fue un día lleno de acción, pero a veces la belleza de la naturaleza y la calma son todo lo que se necesita. Y con mi papi, mi tito Joan y yo disfrutando juntos, ¿qué más se puede pedir?
Fantástico