Detrás de esta puerta hay una escalera que llega a la tercera planta. Subir no me importa, pero bajar ¡Qué susto! Están muy empinadas y me creo me voy a partir la crisma.
Hoy hemos hecho un paseo enorme por la ciudad de Amsterdam.
Los desayunos en casa de mi abuela son exageradamente abundantes. Para mis papis, quiero decir.
Hoy hace un día muy caluroso en Holanda y a mis papis y a tita María les ha ocurrido darse una larga caminata por Haarlem, el pueblo de mi papi Edu.
Estamos en... ¡Schiedam! Mira que pedazo de molino. Pero no me dejaron subir. Me habría gustado darme unas vueltas en la punta de la aspa, jijiji.
Vamos a visitar a la madre de papi Edu. Eeee, ¡mi abuela!
Estábamos en casa de papi Edu y otra vez íbamos a ir a casa de papi Carlos, pero como había prisa fuimos en bici y mi papi Edu me puso en la cesta de la bici.
Cinco truquitos en diez segundos. Genial, ¿no?
Estaba jugando con mi zorro y de repente vi algo raro en el suelo. Y ¡mira qué es! ¡Un diente!- No tiene raíz pero ha dejado un buen agujero en mi boca.
Guau, ¡qué calor hace en Sevilla! Creo que mi papi Edu no esta bien de cabeza porque a él le encanta pasear a mediodía, cuando hace más de cuarenta grados.