Bueno.. como ayer mi tito Joan volvió a Barcelona, me quedo solo con mi papi. Y este primer día de la nueva etapa ha sido bastante completo. Por la mañana mi papi hizo unas compras en unas tiendas bien equipadas, todas cerca del aparcamiento de autocaravanas donde habíamos dormido. En una tienda de artículos para autocaravanas compró unas cuñas de nivelación, porque una de las cuñas que teníamos se había quedado en algún lugar en Italia, o quizás incluso en Suiza of Francia. Luego compró un par de cosas en una tienda de Bricolaje, Praktiker. Dice que es incluso mejor que Leroy Merlín. Finalmente hizo compras en Lidl. Ya tenemos la despensa y el frigorífico llenos. Al salir de la ciudad vimos que en Sofía también hay Ikea y Decathlon, pero de estas tiendas no necesitábamos nada. Se ve que Bulgaria está avanzando.
Cogimos un buen tramo de autovía. No era muy interesante pero avanzamos bastante rápido. Después de salir de la autovía encontramos un muy buen sitio para comer y descansar, en el campo y cerca de un río. A mí no me habría importado quedarnos allí toda la tarde y noche, pero sobre las cinco seguimos nuestra ruta en coche hacia el Monasterio de Rila. Está en las montañas, entonces os podéis imaginar como es la carretera para llegar allí. Yo no podía entrar en el monasterio, entonces me quedé en la cámper mientras mi papi hizo la visita. Pensaba que podría dormir un par de horas pero dentro de media hora volvió. Dice que no hay muchas cosas que ver (el museo del monasterio ya estaba cerrado) pero que el conjunto es bastante impresionante. Bueno, como la entrada era gratis tampoco se puede pedir más, ¿no? Esto sí, el aparcamiento delante del monasterio costó 10 lev, o sea 5 euros.
En Bulgaria se puede pernoctar en la cámper casi en cualquier sitio, pero curiosamente cerca del monasterio está todo prohibido. Entonces tuvimos que bajar en coche, hasta llegar a este sitio precioso en plena naturaleza. Aquí solo se escucha pájaros, grillos y el ruido de un arroyo. Ufff, qué ganas de mear.
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