Pensaba que ayer ya había muchos coches y mucha gente en nuestro "camping", pues... durante la noche llegaron muchos más. Resultó que había un evento de escaladas en este lugar y había unas cien tiendas de campaña entre los árboles. Pero visto la cantidad de gente... son todos muy tranquilos y no hacen nade de ruido. Los chicos que están al lado de nuestra cámper hablan un poco de inglés y son muy majos. Mi papi habló un rato con ellos y yo aproveché el buen rollo para pillar algo de su comida. Subimos otra vez a la peña, pero por una ruta diferente. En varios lugares se veía la gente colgada en las rocas, y también vimos un buitre egipcio en su cueva.
Después de la comida recogimos y salimos en coche. Los chicos de al lado se despidieron de nosotros muy amablemente: "Güle güle, bye bye. We love you!"
Fuimos bastante distancia en coche. Hoy salimos de la autovía y cogimos carreteras más pequeñas, de las que le gustan a mi papi pero a mi no tanto. Ya bastante tarde llegamos a un sitio donde podríamos pernoctar. Antes de desplegar la cámper nos dimos un paseíto por la zona. Era súper bonita pero cuando casi volvimos al coche había un grupo de perros con muy muy mala leche. Eran realmente agresivos, iban a por mi y menos mal que mi papi podía mantenerlos a una distancia segura. Resultó que los perros eran de un pastor (porque aquí los perros callejeros suelen ser más amables). El pastor solo hablaba turco pero parecía bastante majo. Pero con sus compañeros de cuatro patas no podíamos. Además había mucho viento en el sitio y seguimos para buscar otro lugar.
Cuando estábamos parados al lado de la carretera, un coche con una familia turca se paró al lado para preguntar si necesitábamos ayuda o algo así. Bueno... por el tema de los idiomas la comunicación no fue muy fluida. Luego mi papi se dio cuenta de la cantidad de niños que había en el asiento trasero del coche y comenzó a contarlos, en su mejor turco: bir, iki, üç, dört, beş, altı, yedi, sekiz. Ocho niños había! El tío hizo un gesto como "qué bien, eh! Y todos son míos". Jajaja!
Al final encontramos un sitio para pasar la noche al lado de un pueblo, donde hay un bebedero para el ganado. Ya estamos muy cerca de Ankara. Desde aquí podemos ver los rascacielos y las luces de la ciudad. Hay muchos perros pero son muchos mas amables y tranquilos que los del pastor.