Día 138

Storslett - Alta - Olderfjord

Geluidsbestand

Hoy empezamos el día con un buen chute de kilómetros. Salimos por la mañana y condujimos sin parar durante casi dos horas, más de 150 kilómetros de curvas, montañas y fiordos hasta llegar a un sitio que suena a magia: la Catedral de las Luces del Norte (Cathedral of the Northern Lights, o en noruego Nordlyskatedralen Alta Kirke).

¡Y vaya si parece mágica! Tiene forma de espiral plateada, como si alguien hubiera querido construir una aurora boreal en versión edificio. A mí me pareció más bien una galleta de canela futurista, pero papi dice que eso no es una comparación muy espiritual. No entramos (costaba dinero y además yo no podía entrar), pero sí la vimos bien por fuera, dimos una vuelta y espíamos un poquito por la puerta: por dentro parece luminosa, moderna y muy tranquila. En quince minutos ya lo habíamos saboreado todo con los ojos.

Después pasamos por la ciudad de Alta, que, sinceramente, no nos llamó mucho la atención. Nada que nos hiciera frenar. Solo hicimos una parada técnica en un Rema 1000 para abastecernos (yo pillé snacks, papi pilló cosas verdes raras).

Al rato encontramos un aparcamiento tirando a feucho al lado de la carretera. No tenía nada especial… salvo que estaba justo enfrente del fiordo, y eso siempre suma puntos. Comimos allí dentro de la cámper, viendo barcos en el agua y nubes juguetonas en el cielo.

A eso de las cinco menos cuarto volvimos a la carretera, esta vez solo una horita y poco más, unos 100 kilómetros, hasta que dimos con un rincón bastante peculiar cerca de Olderfjord. Aparcamos junto a unas ruinas misteriosas: hay restos de madera saliendo del agua, como los huesos de un embarcadero gigante, o quizás los cimientos de una casa que flotaba. También hay una caseta medio derrumbada, y un montón de tablas viejas que crujen si las miras.

¡El sitio tiene algo especial! Las vistas al fiordo son de postal, pero las ruinas le dan un aire de cuento nórdico un poco tenebroso. A mí me encantó: pasé la tarde husmeando entre las tablas y los matorrales, buscando pistas del pasado. No encontré esqueletos ni cofres del tesoro… pero olía a historias antiguas.

Nos quedamos a dormir aquí. Con el mar a un lado, las montañas al fondo… y esas ruinas mirándonos de reojo.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
5 + 13 =
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.