Hoy la aventura fue cambiar de sofá rodante: de una playita escondida a un llano perdido, pasando por fiordos y curvas que nos dieron más vueltas que una lavadora.
🇧🇻 Noruega: ferries, túneles, puentes y algo más
Otra salida tardía, otra carretera de postal. De Tvindefossen a las casitas de Nesheimstunet, hasta llegar a Undredal, donde el rugido del río nos arrulló para dormir... sin vikingos enfadados a la vista.
Un paseo por Undredal, una excursión en el famoso Flåmsbana y una noche fría en lo alto de Aurlandsfjellet. ¡Entre trenes, cascadas y miradores vertiginosos, hoy no nos hemos aburrido!
Subimos a un lago secreto, vimos un oso que no era oso y olimos una iglesia que huele a barbacoa medieval. No entré, pero me lo contaron todo.
¡Nos prometieron hielo épico y nos dieron una nevera cerrada! Caminata hasta el glaciar Nigardsbreen, túneles como cuevas de trolls y final del día en un parking feo pero funcional.
Geiranger: fiordo de ensueño y un tractor gruñón: Entre nubes y cascadas, encontramos un sitio perfecto para dormir… hasta que apareció el granjero con su tractor. ¿Qué haríamos sin los carteles misteriosos?
Niebla, turistas y excursiones carísimas. Geiranger nos dio calabazas, pero encontramos sitio con vistas, historia de guerra y un túnel que parece una atracción submarina.
Hoy hemos atravesado túneles submarinos, subido 418 escalones y olido más fiordo que un bacalao jubilado. Y aún nos quedaron fuerzas para correr por la costa. Día completito, ¡con sello perruno!
Subimos las impresionantes escaleras de Midsund, con 3.292 escalones hasta 729 metros, disfrutando de vistas increíbles. Fue una caminata épica y desafiante.
Hoy, disfrutamos de una tranquila mañana con ovejas, cruzamos en ferry, y encontramos un sitio perfecto para acampar cerca de una cantera. Sorprendentemente, aún había luz a medianoche.
Me prometieron un paseo y acabamos cruzando un puente vikingo, husmeando un río, oliendo piedras sagradas y durmiendo junto a un fiordo. Trondheim, te ganaste mi hocico.