Esta mañana, el término "prisa" no estaba en nuestro diccionario. Salí de la cámper como un auténtico jefe, solo para descubrir que los vecinos ya habían hecho el 'Houdini' y habían desaparecido
🇬🇷 Grecia
Hoy tambíen empezamos igual de lento que ayer, mi papi haciendo sus movidas matutinas y yo aprovechando para roncar un poquito más. Dice que es para que yo recupere fuerzas, pero estoy convencido de
Anoche el mar decidió convertirse en el DJ de una fiesta ruidosa, y créame, no nos dejó dormir en paz. Parecía que estábamos al lado de una autopista en lugar de una apacible playa. Pero no pasa nada
Hoy, oh, hoy... parece un clon de ayer, salvo por un pequeño detalle, ¡no tuvimos que hacer una parada no tan amigable en el veterinario! Y eso es motivo de celebración en mi mundo perruno. Pero, para
Hoy el tiempo ha volado, y parece que el dinero de mi papi también se ha esfumado en un abrir y cerrar de ojos. Pero, como siempre, hemos disfrutado de nuevas experiencias. Por la mañana nos
Hoy os cuento una aventura un tanto peculiar en este día de perros, y no precisamente porque el tiempo estuviera de maravilla, ¡qué va! El día comenzó con un despertar tempranero, cortesía de los
Por la mañana, cuando despertamos, el cielo decidió echar un buen chaparrón. El tiempo gris nos quitó las ganas de explorar más en la ciudad de Ioannina, así que optamos por hacer una maniobra que
Hoy hemos realizado un auténtico acto de magia al pasar de Grecia a Italia, sin pasar por todos esos países intermedios cómo Albania, Montenegro, Croacia y no sé qué países más. Parece que mi papi es
Día gris, curvas infinitas y frontera con Grecia. En el lago Kerkini llueve, pero el área de picnic es genial. Lo mejor: ¡carne jugosa y huesos! A ver si mañana el sol nos da una sorpresa.
Día de descanso total: sin mover la cámper, protegidos del viento y con lluvia de fondo. Papi ocupado, yo experto en siestas. Sin lago ni parque, pero con calma absoluta.
Parados por tormenta: nieve en las montañas, paseos tranquilos y griegos súper majos. Sin pájaros, pero con muchas siestas. ¡Hasta la lluvia tiene su lado guau!
Tras tres noches bajo lluvia y viento, salimos rumbo a Tesalónica. Entre paradas inusuales y encuentros con jabalíes y perros callejeros, descubrimos que ser nómada siempre trae sorpresas.