Entre catedrales, pubs, puentes históricos y parques con ardillas despistadas, Dublín nos robó el corazón… y casi el bolsillo con su parking.
🇮🇪 Irlanda con tito Joan y las titas Nita y Mariola
Castillos con telescopios gigantes, la primera víctima de un accidente de coche de la historia… y una camarera que me sirvió chuches como si fuera realeza. Así fue mi día en Birr, con final entre ovejas y vistas de postal.
Paisajes de postal, senderos verdes y sándwiches de salmón con vino al sol. Recorrimos Connemara a nuestro ritmo. No entramos en todo, pero lo vimos todo. Y lo vivimos mejor.
Entre un dolmen enano, acantilados vertiginosos y toneladas de patatas fritas, recorrimos la Irlanda más salvaje con viento en la cara y risas en el coche. ¡Menuda jornada épica!
Ruinas milenarias, lluvia persistente, pizza descomunal… y un váter con más carácter que el dueño del apartamento. Bienvenidos a un domingo muy irlandés.
Pensábamos que iba a ser un día tranquilo, pero entre Ikea, tarjetas rebeldes, correas flojas y una hora esperando en el aeropuerto... acabamos rodeados de humanos nuevos en un campo de golf a medianoche.