¡Hoy ha sido un día de esos que parecen dos! Salimos tarde del sitio donde habíamos dormido, al lado de un lago en el que mi papi Edu NO se había metido. Yo ya estaba preocupado, porque un día sin que se remoje parece que no cuenta para él. Pero en fin, tocaba carretera: dos horas por Lituania con una única parada técnica en Kaunas para llenar el depósito. Nada de parques, nada de carreras, nada de olfatear esquinas sospechosas… solo carretera.
Por suerte, la cosa mejoró cuando llegamos al Museo Etnológico de Lituania (Lietuvos liaudies buities muziejus). Es un museo al aire libre donde los humanos pueden ver cómo se vivía antes en diferentes regiones del país. Pero lo importante es que yo podía entrar, así que automáticamente se convirtió en un museo interesantísimo. Es un sitio enorme, como un parque gigante con casitas antiguas y caminos de tierra perfectos para exploradores perrunos como yo.
Lo que más nos impresionó fue la parte dedicada a la deportación en la era soviética. Allí había un conjunto de tótems de madera llamados "Rūpintojėlis", que representan figuras humanas con expresiones de sufrimiento, muchas con la mano en la cara, como si estuvieran pensando en el destino de los que fueron enviados a Siberia. Transmitían tanta tristeza que hasta yo, que suelo estar en modo aventura, me quedé un rato mirándolos en silencio.
También nos encantó un pueblecito reconstruido dentro del museo, con una plaza rodeada de casas de piedra y tiendas antiguas. Parecía que el tiempo se hubiera detenido allí, y mis humanos se emocionaron con los detalles de cada edificio. Yo, en cambio, hice un análisis más olfativo del lugar.
Después de eso buscamos un sitio para almorzar al lado de un río. Yo, fiel a mi costumbre, investigué cada rincón del área para asegurarme de que era un buen sitio para descansar. Una vez aprobada mi inspección, mi papi y mi tito Javi comieron algo más sólido que manzanas y seguimos camino.
Tras otras dos horas en coche, llegamos a donde dormiremos hoy: un aparcamiento cerca de un lago, con área recreativa y hasta vecinos camperos. Todo muy tranquilo… excepto por una cosa: mi papi Edu por fin se dio su chapuzón en el agua. ¡Día completo!
Ahora toca descansar, porque mañana seguro que nos esperan más aventuras. ¡Y yo estaré listo para liderar la expedición!
Añadir nuevo comentario