Hoy ha sido uno de esos días en los que, aunque no hemos hecho muchas cosas emocionantes, hemos recorrido un montón de kilómetros en nuestra fiel camper 4x4. Nada más y nada menos que 160 kilómetros, que para mí, el copiloto habitual, son horas de supervisión desde mi trono. ¡Si tan solo pudiera sacar la cabeza por la ventana, sería todo más emocionante! Pero bueno, aquí va el resumen del día.
Salimos del aparcamiento en Timisoara bastante relajados, sobre las 11 de la mañana. Mis humanos decidieron que antes de lanzarnos a la carretera había que cubrir lo que ellos llaman "logística". ¿Qué significa eso? Pues paradas estratégicas: primero una gasolinera para llenar el depósito (¡ni idea de cómo tragan esos coches!), y luego un Lidl. Ahí siempre salimos con provisiones interesantes. No os voy a mentir, siempre estoy pendiente de si se acuerdan de comprarme mis chuches favoritas.
Con todo listo, arrancamos y nos pusimos en marcha. Tras unos 100 kilómetros, paramos en un sitio que parecía prometedor, no muy lejos de la carretera principal. Al lado de un camino de grava, con solcito y todo pintaba genial para una pausa de almuerzo. Pero, ¡oh, sorpresa! Ese lugar tan bonito estaba invadido por unas criaturas diminutas pero insistentes: mariquitas. Al principio pensé que eran bichitos simpáticos, pero cuando ves cientos (¡sí, cientos!) de ellas intentando colarse en la camper, la cosa deja de tener gracia. Se pegaban a todo y a todos, ¡una auténtica plaga alada!
Mis humanos, que no se rinden fácilmente, decidieron que aquello no era suficiente para frenar la jornada. Así que, tras un almuerzo bastante agradable (si ignoramos la plaga), volvimos al coche y seguimos avanzando. Hicimos otros 60 kilómetros hasta llegar a nuestro destino final de hoy: un lugar precioso en lo alto de una colina, junto a un bosque. Tranquilo, con vistas estupendas y sin tanto tráfico de bichos. Bueno... casi sin bichos. Porque, aunque intentamos desalojar a las mariquitas que se habían infiltrado en la lona de la célula, aún aparece alguna dentro de la camper como si tuviera su propio GPS.
Ahora me pregunto cómo voy a poder descansar esta noche con estas "intrusas" zumbando por aquí. Quizás tendré que sacar mi lado guardián y espantarlas yo mismo. Pero bueno, de momento, me relajo mirando las vistas y soñando con un día de menos kilómetros y menos bichos.
Putas maris🐞