Día 245

1 vídeos
Qué estilazo ✨ tienen las casas 🏯 en este barrio de Hunedoara 🇷🇴 Rumanía

Hoy os traigo un día de esos que mezclan historia, arquitectura curiosa y mucha carretera, con una pizca de comida rumana para rematar. Vamos al lío, que hay mucho que contar.

La mañana empezó genial, con una de esas vistas que quitan el aliento (si tienes aliento, claro, yo tengo un hocico para olerlo todo). El sitio de pernocta era espectacular, muy tranquilo y con unas vistas amplias de las montañas y el cielo, perfecto para empezar con energía.

En un paseo de unos 40 minutos llegamos a Hunedoara, famosa por el castillo de Corvin (Castelul Corvinilor), también conocido como el Castillo de Hunyadi. Este castillo es uno de los más grandes de Europa del Este y es una mezcla de gótico y renacentista. Impresionante por fuera, con puentes de madera y torres que parecen sacadas de un cuento. Pero, por dentro… bueno, según mi papi y mi tito Joan, está bastante bien restaurado, aunque la famosa exposición sobre torturas fue un poco decepcionante. ¡Yo esperaba que trajeran historias de miedo, pero no fue para tanto!

Mientras ellos exploraban, yo me quedé en la camper haciendo lo mío: vigilando, roncando un poquito y asegurándome de que nadie se acercara a nuestro hogar rodante.

Tras el castillo, pasamos por el sur de Hunedoara y ¡madre mía, qué sorpresa! Un barrio lleno de casas con techos y decoraciones que parecían sacadas de la India, súper kitsch y extravagantes. Resulta que es un barrio de gitanos ricos. Nos paramos a mirar y sacar fotos, y un vecino curioso salió a preguntar qué llevábamos encima de la camioneta. ¡Resulta que hablaba un poco de español!

La conversación fue divertida: “Yo tengo casa grande, pero no dinero”, decía, mientras nosotros flipábamos con sus enormes villas. Hasta nos invitó (bueno, más bien intentó alquilarnos una habitación, jeje). Charlaron un rato, y al final nos dimos una vuelta por el barrio para seguir admirando esas mansiones tan particulares.

De allí fuimos al monasterio de Prislop (Mănăstirea Prislop), un lugar sagrado en Rumanía donde está enterrado el santo Arsenie Boca, conocido como “el santo de los Cárpatos”. Es un sitio de peregrinación, rodeado de naturaleza y con una atmósfera muy tranquila. Como siempre, yo me quedé fuera vigilando la camper, mientras mi papi y mi tito Joan exploraban.

Tras tanta visita, tocaba llenar los estómagos. Encontramos un restaurante con terraza cubierta donde me dejaron acompañarles. La comida típica rumana no fue nada del otro mundo, pero estaba rica. Lo mejor, como siempre, es que yo también pillé un poquito para probar: ¡ese toque de carne me alegró el día!

Para terminar la jornada, decidimos buscar un sitio para pasar la noche en el Parcul Natural Grădiștea Muncelului-Cioclovina, una joya natural llena de montañas, cuevas y paisajes espectaculares. El trayecto hasta allí nos llevó una hora y media, pero fue una gozada disfrutar del paisaje al atardecer. Llegamos justo antes de que anocheciera a una zona de picnic y acampada libre, enorme y tranquila. ¡Otra vez solos en mitad de la naturaleza!

Joan

Que divertido

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
12 + 3 =
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.