Monumento a las víctimas del comunismo. Tallinn 🇪🇪 Estonia
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¡Guau, qué día más completo! Empezamos con un paseo matutino por el parque donde habíamos dormido. Ya sabéis que a mí me encanta empezar el día con una buena caminata para estirar las patas y olisquear las novedades del barrio. Luego, volvimos a visitar dos monumentos que ya habíamos visto ayer, pero esta vez para enseñárselos a tito Javi: el Monumento a las Víctimas del Comunismo y el Monumento Soviético. Uno recuerda a los que sufrieron bajo el régimen comunista, y el otro es un testimonio del pasado soviético de Estonia. Mucha historia para un perrito, pero me quedé atento mientras mi papi y tito Javi comentaban lo impresionante que es la memoria de esta ciudad.
Después, nos subimos al coche y nos dirigimos hacia el centro de Tallin. Aparcamos cerca del puerto y comenzamos la exploración a pie. ¡Vaya caminata nos pegamos! Tallin es una ciudad perfecta para pasear, con su casco antiguo medieval lleno de calles empedradas, torres antiguas y murallas que parecen sacadas de un cuento. Me sentí como un caballero perruno patrullando la ciudad.
Recorrimos la Plaza del Ayuntamiento, con su espectacular edificio gótico. También pasamos por la Catedral de Alejandro Nevski, con sus cúpulas en forma de cebolla que parecen sacadas de Rusia. Luego, paseamos por las murallas de la ciudad y subimos a Toompea, la colina desde donde se tienen vistas espectaculares de la ciudad y del mar. ¡Me subí a un muro y casi parezco el rey de Tallin!
Después de tantos kilómetros andados y muchas historias escuchadas, volvimos al coche y nos quedamos en este sitio increíble para dormir: al lado del mar, en un rincón salvaje y tranquilo, pero todavía cerca del centro. ¡Y lo mejor de todo, gratis! Nada como dormirse con el sonido de las olas después de un día de aventuras. ¡Mañana, más!
Qué bonito que pocas fotos se ven yo quiero ir.
Gracias