Día 106

2 vídeos
Ummm 😋🐕
Sverd i fjell 🗡️🗡️🗡️ Stavanger 🇳🇴 Noruega
Audio file

Esta mañana nos habíamos despertado en un rincón de esos que te hacen pensar que igual tampoco está tan mal madrugar. Aire fresquito, pajarillos cantando y yo correteando como un loco mientras papi Edu tomaba su café mirando al horizonte como si fuera el rey de Noruega. Todo muy bucólico, muy postal, muy de “mira qué vida más tranquila llevamos” (antes de liarla, claro).

A eso de las once y media, recogimos el campamento base y nos subimos al coche, dirección Stavanger. Casi sin parar, porque cuando papi Edu se pone en modo “rumbo fijo” no hay quien lo saque. Eso sí, antes de llegar a la ciudad hicimos una parada obligatoria en un sitio muy famoso llamado "Sverd i fjell". Y no, no es un nombre inventado por un gato pisando un teclado, ¡es noruego de verdad!

"Sverd i fjell" significa “Espadas en la roca” y es exactamente eso: tres espadas gigantescas clavadas en una roca junto a un fiordo. Cada espada mide diez metros y están ahí para recordar una batalla que hubo hace más de mil años, donde Harald Fairhair (el de la melena impresionante, se ve) unificó Noruega en una sola corona. Es como una especie de Game of Thrones pero sin dragones ni wifi.

Cuando llegamos, había gente para aburrir. Autobuses enteros, familias, grupos de “selfie warriors” buscando el ángulo perfecto. Yo, claro, puse mi mejor cara de “influencer” y conseguimos unos selfis épicos, de esos que hasta pareceríamos aventureros de verdad si no fuera por mi hocico lleno de babas.

Después de la sesión de fotos nivel profesional, seguimos hacia Stavanger. Aparcamos en un sitio al lado de una marina, donde había un cartel de esos que dicen que las autocaravanas son bienvenidas (o al menos toleradas, que tampoco hay que pedir tanto). Comimos en la camper, yo supervisando de cerca por si a alguien se le caía algo de su plato, y luego salimos a explorar la ciudad a pie.

Unos veinte minutos andando más tarde, ya estábamos en el centro de Stavanger. Esta ciudad tiene de todo: calles adoquinadas, casas de madera súper cuquis, un puerto lleno de barcos de todo tipo y un casco viejo que parece sacado de un cuento. También hay grafitis muy chulos en algunas paredes, porque aquí el arte callejero no es un delito, ¡es una atracción turística! Stavanger es famosa además porque desde aquí salen las excursiones para ver el famoso Preikestolen, ese pedrusco gigante colgado sobre el fiordo que parece diseñado por un ingeniero de Ikea.

La ciudad en sí es bonita, eso sí. Pero el ambiente... cómo decirlo... no nos terminó de convencer. Mucho postureo, demasiados turistas que parecían más preocupados por su Instagram que por mirar dónde pisaban. Vamos, que nos entraron ganas de volver al monte cuanto antes.

Así que después de un paseo intenso y un par de sorpresas olfativas de esas que sólo yo puedo detectar (no preguntéis), regresamos a la camper y arrancamos el coche ya pasadas las siete de la tarde. Volvimos en parte por la misma autovía, y empezó la fase crítica de la operación: encontrar sitio para dormir.

Y madre mía qué odisea. Entre que había caracoles gigantes (también llamados autocaravanas) plantados en todos los rincones bonitos, y que cada sitio decente parecía un festival de verano, nos costó lo nuestro. Pero no nos rendimos. A las ocho y media, justo cuando ya me empezaba a plantear seriamente dormir sentado en el asiento, papi Edu encontró un rinconcito de lujo junto al lago Oltedalsvatnet, cerca de Oltedal.

¿Y sabéis lo mejor? No había NADIE. Cero. Ni humanos, ni coches, ni siquiera un pato despistado. Para llegar hacía falta un 4x4, así que estábamos a salvo de las hordas de turistas en crocs. Un lago para nosotros solos, una cama calentita y el murmullo del viento en los árboles. Planazo.

Yo ya me he pedido sitio junto a la ventana para dormirme mirando las estrellas. Y si algún duende noruego intenta colarse, que se prepare: ¡soy pequeño pero muerdo como un vikingo!

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
9 + 1 =
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.