Salimos tarde, sin rumbo y peor preparados que nunca. ¿El resultado? Un fiordo de vistas brutales, un sendero de locos y una noche solos frente al agua.
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Hoy tocó faro con multitudes, fiordos salvajes y un desfile de autocaravanas alemanas. Acabamos en un rincón torcido junto al río, pero yo lo declaro territorio conquistado.
Kristiansand fue un flechazo: sol, paseos y una catedral que mira al cielo. Salimos renovados a buscar pernocta, y acabamos subiendo a un rincón donde solo llegan las cabras.
Hoy he corrido por una playa donde ¡los coches también corren! Jugamos con la pelota, exploramos búnkers y luego subimos a un ferry rumbo a Noruega. ¡Chuly marinero entra en acción!
Tres trolls, un bosque secreto, búnkeres en la playa y un aparcamiento con caballos. Hoy he olfateado más aventuras que croquetas en una cocina. Dinamarca se está poniendo interesante…
Empezamos el día entre rascacielos modernos, cazamos trolls gigantes y acabamos junto a un castillo medieval en ruinas. Y todo eso ¡sin salir de Dinamarca!
Probé medicina danesa a la fuerza, paseé entre casas de hace siglos y vi vikingos en los semáforos. Aarhus no da tregua ni al bolsillo ni a las patas. ¡Día intenso!
Hoy entramos en Dinamarca, el octavo país de este viaje. Visitamos el punto más alto del país, una colina de 170 metros sobre el nivel del mar. Paseamos por el campo y conocimos vacas curiosas.