🇫🇷 Francia
Hoy me colé en Toulouse: olfateé calles, crucé puentes y casi me lanzo al aire con un Beluga XL. ¡Ciudades, cuidado, que un bodeguero explorador anda suelto!
La lluvia nos tenĂa rodeados, Toulouse nos llamaba y el sofá nos retenĂa. Al final ganaron las siestas, los pensamientos de papi Edu y mi talento para no hacer nada con estilo. Un dĂa sin rumbo, pero lleno de calma perruna.
La lluvia no nos detuvo: siestas, lavanderĂa y aventuras perrunas por Montauban hasta encontrar nuestro refugio nocturno
Hoy hemos viajado entre la lluvia, los deyavĂşs y las fortalezas. Papi Edu juraba que Najac le sonaba… y tenĂa razĂłn. Entre piedras antiguas, maniquĂes polvorientos y un sol tardĂo, acabamos el dĂa en un rincĂłn encantador llamado Bruniquel.
La lluvia nos despertĂł antes de tiempo y no nos dio tregua en todo el dĂa. Entre limpiezas a chorro, paisajes sin chispa y un pueblo llamado La Fouillade, descubrĂ que hasta los dĂas grises pueden tener su encanto.
Entre arcos de piedra y cuevas misteriosas, saltos, olisqueos y aventuras: un dĂa de exploraciĂłn que parece sacado de un cuento.
Hoy empezamos el dĂa “tempranĂsimo” a las once, vimos un lago que no se dejaba pasear, una Venecia sin agua, un cañón de postal y acabamos huyendo de un evento misterioso hasta un claro secreto.
Hoy me tocĂł ser perrogrino de montaña: vallas que saltar, humanos lentos que adelantar y un camino donde los coches rugĂan a noventa mientras yo olĂa cada matojo como si fuera sagrado.
Pensábamos parar un ratito en Conques y acabamos exprimiendo seis euros de aparcamiento como si incluyeran hotel con spa. Luego empezó la caza del dormimóvil perfecto… casi de noche, claro.
CreĂa que el despertador era una amenaza nuclear, pero resultĂł que papi solo querĂa madrugar… a las once. Entre compras sin mĂ y un rĂo secreto, acabamos en un paraĂso de siesta y pradera.
Creà que la carretera cortada era solo para coches… asà que me tumbé en medio como si fuera mi terraza privada. Entre curvas repetidas, pueblos de postal y una garganta sin humanos, hasta yo perdà la cuenta de los paisajes.