Hoy tocó faro con multitudes, fiordos salvajes y un desfile de autocaravanas alemanas. Acabamos en un rincón torcido junto al río, pero yo lo declaro territorio conquistado.
Global Tracking 2024
Salimos tarde, sin rumbo y peor preparados que nunca. ¿El resultado? Un fiordo de vistas brutales, un sendero de locos y una noche solos frente al agua.
Empezamos el día entre casitas encajadas bajo rocas, seguimos explorando cuevas en la costa y acabamos entre ovejas y un troll muy... exhibicionista.
Espadas gigantes, turistas en estampida y calles de Stavanger que olían a aventura (y a gofre). Hoy me he sentido más vikingo que perro. ¡Ni Harald Fairhair ladraba tan fuerte!
Hoy hemos hecho la ruta a Kjerag. Caminamos por el empinado sendero en medio de la niebla, vimos paracaidistas y conocimos a Milhai y Evgeniya. Después, encontramos un tranquilo lugar para dormir junto a un lago.
Después de la paliza del Kjeragbolten, tocó descanso deluxe, ferry por el fiordo Lysefjorden y sitio secreto para dormir en el bosque. ¡Hasta hicimos selfis en un mirador de postal!
Intentamos conquistar Preikestolen antes de las masas, pero parecía la calle Sierpes. Por suerte acabamos el día con barbacoa, juegos y un sitio tranquilo para dormir.
Entre fiordos, cataratas, minas abandonadas y una iglesia de madera medieval, hoy ha sido un día de aventura de lo más histórico. ¡Vaya ruta de exploración!
De cascadas masificadas a glaciares solitarios, pasando por túneles larguísimos y acabando en una playa privada donde papi Edu se bañó como vino al mundo. ¡Vaya día más completo!
Día de relax absoluto: siestas, baños en nuestra playita privada y unos retoques en la cámper. El cielo un poco soso, pero el plan de no hacer nada salió perfecto.
Salimos en ferry eléctrico, cruzamos fiordos, Bergen nos dejó fríos como un salmón, pero rematamos el día cruzando puentes de vértigo y durmiendo en un lago perdido de la isla de Osterøy.
Hoy la aventura fue cambiar de sofá rodante: de una playita escondida a un llano perdido, pasando por fiordos y curvas que nos dieron más vueltas que una lavadora.