Subimos a un lago secreto, vimos un oso que no era oso y olimos una iglesia que huele a barbacoa medieval. No entré, pero me lo contaron todo.
en plena naturaleza 🌲
Un paseo por Undredal, una excursión en el famoso Flåmsbana y una noche fría en lo alto de Aurlandsfjellet. ¡Entre trenes, cascadas y miradores vertiginosos, hoy no nos hemos aburrido!
Otra salida tardía, otra carretera de postal. De Tvindefossen a las casitas de Nesheimstunet, hasta llegar a Undredal, donde el rugido del río nos arrulló para dormir... sin vikingos enfadados a la vista.
Hoy la aventura fue cambiar de sofá rodante: de una playita escondida a un llano perdido, pasando por fiordos y curvas que nos dieron más vueltas que una lavadora.
Salimos en ferry eléctrico, cruzamos fiordos, Bergen nos dejó fríos como un salmón, pero rematamos el día cruzando puentes de vértigo y durmiendo en un lago perdido de la isla de Osterøy.
Día de relax absoluto: siestas, baños en nuestra playita privada y unos retoques en la cámper. El cielo un poco soso, pero el plan de no hacer nada salió perfecto.
De cascadas masificadas a glaciares solitarios, pasando por túneles larguísimos y acabando en una playa privada donde papi Edu se bañó como vino al mundo. ¡Vaya día más completo!
Entre fiordos, cataratas, minas abandonadas y una iglesia de madera medieval, hoy ha sido un día de aventura de lo más histórico. ¡Vaya ruta de exploración!
Después de la paliza del Kjeragbolten, tocó descanso deluxe, ferry por el fiordo Lysefjorden y sitio secreto para dormir en el bosque. ¡Hasta hicimos selfis en un mirador de postal!
Hoy hemos hecho la ruta a Kjerag. Caminamos por el empinado sendero en medio de la niebla, vimos paracaidistas y conocimos a Milhai y Evgeniya. Después, encontramos un tranquilo lugar para dormir junto a un lago.
Espadas gigantes, turistas en estampida y calles de Stavanger que olían a aventura (y a gofre). Hoy me he sentido más vikingo que perro. ¡Ni Harald Fairhair ladraba tan fuerte!
Empezamos el día entre casitas encajadas bajo rocas, seguimos explorando cuevas en la costa y acabamos entre ovejas y un troll muy... exhibicionista.