Una noche llena de ladridos (pero sin viento), un monasterio rupestre en las rocas y un monje con cambio curioso.
in de vrije natuur
Hoy pasamos a Bulgaria, país número 18 en el viaje de este año. La historia de hoy incluye viento bailarín, agua mágica, papeleo virtual y un puente que, sinceramente, tiene una idea un poco rara de la "amistad".
¡El día que sobrevivimos al tráfico de Bucharest! Mi papi exploró el gigante Palacio del Parlamento, mientras yo descansaba en la camper. ¿Y el agua? Desaparecida en combate.
Hoy no nos hemos movido del sitio; seguimos en el mismo lugar para dormir. Mi papi sigue resfriado. Aproveché para explorar mientras él descansaba. Me ofrecí a hacer las compras, pero no me dejó.
Dormimos junto al Palacio del Parlamento en Bucarest, un lugar más abandonado que hueso viejo. Despedimos a títo Joan tras pelear con el tráfico y acabamos calentitos junto a un lago. ¡Patas arriba!
De la montaña helada a Targoviste: disfrutamos de vistas espectaculares, ruinas históricas, pizzas difíciles de encontrar y un rescate épico del barro.
Hoy os cuento una historia que tiene de todo: castillos, turistas (pero no tantos), obras interminables y, cómo no, un final feliz con manta y peli.
¡La calefacción funciona y exploramos Brașov! Entre iglesias góticas, calles estrechas y plazas de cuento, acabamos durmiendo en un campo cerca de Râșnov. ¡Aventuras calentitas y sin molestias!
¡Niebla, drama y una iglesia fortificada! La calefacción falla, pero yo, Chuly, soy la estrella del día en Prejmer. ¿Logrará mi papi calentarnos esta noche?
Ruinas misteriosas, nieve sorpresa y la épica Transfăgărășan cerrada. ¡Con mi papi enfrentamos frío, curvas traicioneras y vistas de postal! ¿Listos para otra aventura sobre ruedas? 🐾❄️
We zouden een middeleeuwse kerk bezoeken en eindigden met het drinken van koffie met gesloten deuren. Gelukkig opende Dracula zijn stad voor ons. En 's avonds... een verrassingsbezoek met vier poten.
Paisaje de ensueño, caballos amistosos, un "Stonehenge" cerrado y un campamento en un paraíso aislado. Kilómetros de carretera, un Lidl en el camino y mucha calma. ¡Día simple pero perfecto!