Dormimos junto al Palacio del Parlamento en Bucarest, un lugar más abandonado que hueso viejo. Despedimos a títo Joan tras pelear con el tráfico y acabamos calentitos junto a un lago. ¡Patas arriba!
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De charcos y barro a monumentos colosales. La Casa de la Prensa nos impresionó, el Palacio del Parlamento nos rodeó, y el casco antiguo nos encantó. ¿Y la noche? Un lugar inesperado.
De la montaña helada a Targoviste: disfrutamos de vistas espectaculares, ruinas históricas, pizzas difíciles de encontrar y un rescate épico del barro.
Hoy os cuento una historia que tiene de todo: castillos, turistas (pero no tantos), obras interminables y, cómo no, un final feliz con manta y peli.
¡La calefacción funciona y exploramos Brașov! Entre iglesias góticas, calles estrechas y plazas de cuento, acabamos durmiendo en un campo cerca de Râșnov. ¡Aventuras calentitas y sin molestias!
¡Niebla, drama y una iglesia fortificada! La calefacción falla, pero yo, Chuly, soy la estrella del día en Prejmer. ¿Logrará mi papi calentarnos esta noche?
Ruinas misteriosas, nieve sorpresa y la épica Transfăgărășan cerrada. ¡Con mi papi enfrentamos frío, curvas traicioneras y vistas de postal! ¿Listos para otra aventura sobre ruedas? 🐾❄️
We zouden een middeleeuwse kerk bezoeken en eindigden met het drinken van koffie met gesloten deuren. Gelukkig opende Dracula zijn stad voor ons. En 's avonds... een verrassingsbezoek met vier poten.
¡Exploramos Sibiu, la joya de Rumanía! Calles mágicas, cafés, fotos estilo "celebrity" y tejados con ojos. Cerramos con una iglesia ortodoxa y rumbo a Biertan. ¡Aventura y cultura en cada ladrido!
Paisaje de ensueño, caballos amistosos, un "Stonehenge" cerrado y un campamento en un paraíso aislado. Kilómetros de carretera, un Lidl en el camino y mucha calma. ¡Día simple pero perfecto!
De castillos góticos a mansiones kitsch en Hunedoara, monasterios místicos y naturaleza en el Parque Grădiștea. Historia, comida rumana y risas en una aventura única.
Día de carretera: 160 km, sol, y una plaga de mariquitas invadiendo la camper. Un almuerzo rodeado de bichitos, y acabamos en una colina tranquila... ¡si logramos dormir sin "invitadas"!