aparcamiento (rural) 🅿️🌲
CreĂa que nos quedarĂamos en nuestro paraĂso secreto, pero papi Edu me llevĂł de colinas aburridas a puentes medievales y acabamos en un lago misterioso bajo la noche.
Un lago inmenso, una playa de arena sin bañistas y un ejército de bellotas kamikaze bombardeando nuestra cámper. Al final, victoria perruna y descanso sin explosiones.
CreĂamos que solo Ăbamos a comer junto a un lago… y acabamos escuchando la vida entera de un desconocido antes de perdernos en un bosque perfecto para dormir sobre ruedas.
Dormimos como piedras, huimos de los museos y seguimos el instinto del hocico: compras, carretera sin destino y un prado escondido junto a un pueblo diminuto. ¿Adivinas dónde acabé marcando territorio?
Playas donde rugiĂł la guerra, bunkers tragados por la arena, un museo que casi le explota la cabeza a papi y un final en un prado vacĂo digno de rey peludo. ÂżTe vienes a oler historia conmigo?
De playas interminables a dunas y reservas naturales, terminamos el dĂa entre colinas y brezos, explorando, jugando y disfrutando del Ăşltimo rincĂłn secreto antes de despedir Irlanda.
De ruinas medievales a ferris tragacoches, pasando por el faro más viejo del planeta y una cena tardĂa con viento en modo secador industrial: dĂa completito para un perro explorador y su humano despistado.
De reyes vikingos a playas prohibidas, pasando por un marinero de metal que nunca pestañea. Yo, con la cola en alto, vivĂ un dĂa de castillos, acantilados y siestas con ronquidos gloriosos.
Entre ruinas milenarias y un puente gigante, corrĂ, olfateĂ© y saltĂ© entre charcos mientras la lluvia nos acompañaba. Waterford nos esperaba con aventuras y vistas al rĂo.
Entre dunas, playas y chaparrones, seguimos la ruta hasta un rincón solitario cerca de Tintern Abbey. A veces la lluvia también sabe a aventura.
Hoy sin tito Joan, con lluvia y multas misteriosas, recorrimos carreteras de peaje invisibles, exploramos ruinas misteriosas y acabamos olfateando la costa de Wicklow.