Entre murallas, mensajes secretos y murales gigantes crucé Derry con mis humanos. Hasta la lluvia nos pilló, pero terminamos el día durmiendo como reyes junto al Lough Akkibon.
viaje
Me paseé por un puente que no cruzamos, exploré una cantera de película y descubrí las piedras mágicas del Giant's Causeway. Entre viento, duchas y mitos acabamos durmiendo en un bosque solitario.
De faros en los acantilados a túneles de hayas de película… y acabamos durmiendo con vistas a Escocia. ¡Menuda jornada para un bodeguero aventurero!
Hoy volví a Belfast, vi un salmón gigante que da sabiduría (yo solo pensé en sushi), tito Javi se coronó en cada trono de cristal y papi Edu fotografió murales hasta llenar la memoria.
Mientras yo guardaba la cámper, papi Edu y tito Javi se embarcaron en la Titanic Experience. Barcos, paseos y hasta un crucero fantasma que casi me deja sin paseo.
La frontera no se nota en la carretera, pero sí en las sorpresas: un café ofrecido con sonrisa, charlas de camper a camper y un bosque tranquilo para dormir. Irlanda del Norte ya promete.
Entre voleibol nocturno, paseos por Dublín y peajes que vacían bolsillos, terminamos el día en una Applegreen del norte: duchas para papi, pienso para mí y descanso sin pelotas de por medio.
Entre talleres, paseos por parques y lavanderías, el día parecía normalito… hasta que apareció Tito Javi en el aeropuerto. ¡Reencuentro perruno tras casi un año!
Nos despedimos a Tito Joan en el aeropuerto y volvemos al estuario de Malahide. Entre duchas gratis, castillos de cuento y paddle surf ajeno, cerramos el día con calma y un poquito de nostalgia.
De un área tranquila al corazón de Dublín: repostamos, comimos, los humanos cumplieron el sueño de ver Riverdance y terminamos paseando por Temple Bar, antes de parar junto al estuario en Malahide.
Recorremos Donegal entre castillos, abadías y plazas bulliciosas, tomamos algo en un bar con patio, olfateamos misterios históricos y terminamos en un rincón junto al agua, tranquilo y perfecto.
Entre castillos antiguos, escaleras misteriosas y paisajes infinitos, seguimos el día con hocico al viento y patas inquietas hasta un rincón costero que parece un spa perruno.